miércoles, 2 de febrero de 2022

Antonio Mira de Amescua

Dramaturgo perteneciente al Siglo de Oro de la Literatura en España, nació en Guadix (Granada), alrededor de 1578. Se dice, pero dudosamente, que fue hijo ilegítimo de una tal Juana Pérez. Tomó órdenes, obtuvo una canonjía en Guadix, y se estableció en Madrid a principios del siglo XVII. Es mencionado como un destacado dramaturgo en Loa a Rojas Villandrando, (1603), que fue escrito varios años antes de su publicación.

Escritor del Siglo de Oro
En 1610, siendo entonces Archiducal de Guadix, acompañó al Conde de Lemos a Nápoles, y a su regreso a España fue nombrado en 1619, Capellán del Cardenal-Infante Fernando de Austria; se le conoce como todavía vivo en Para todos de Montalbán (1632), y colaboró con Antonio Pérez de Montalbán y Calderón de la Barca, en Polifemo y Circe, impreso en 1634.

Las obras de Mira de Amescua se dispersan en diversas colecciones impresas, y la ausencia de una edición satisfactoria ha impedido, su debido reconocimiento. Tiene una paridad de ejecución que indica una conciencia artística poco común en los dramaturgos españoles; resistió la tentación de escribir demasiado, y une una dignidad viril de expresión a una concepción impresionante del carácter.

Dos de sus obras, La adversa fortuna de Don Bernardo de Cabrera y El ejemplo mayor de la desdicha, son respectivamente las fuentes de Don Bernardo de la Cabrère y Belisaire de Rotrou; Caer para levantarse de Moreto es simplemente una refundición de El Esclavo del Demonio de Mira, un célebre drama que influyó claramente en Calderón a la hora de componer La Devoción de la Cruz; y existe manifiestamente una estrecha relación entre La Rueda de la fortuna de Mira por un lado y Héraclius de Corneille y en Esta vida todo es verdad y todo es mentira de Calderón. Algunas de las obras de Mira de Amescua se reimprimen en la Biblioteca de Autores Españoles, Vol. XLV.

De noble linaje, estudió en Guadix, y Cánones en el Colegio Imperial de San Miguel de Granada, teología y derecho. Ordenado sacerdote y nombrado capellán en 1609 de la Capilla de los Reyes Católicos de Granada. Estuvo al servicio del Conde de Lemos y viajó a Nápoles hasta 1616, año en el que decidió cambiar su capellanía de Granada por una en Madrid. En Madrid permaneció diez años desde 1622-32, frecuentó la Corte y los círculos literarios; Regresó a Guadix como archidiácono, donde permaneció hasta su muerte.

Escribió comedias de capa y espada, incluyendo temas mitológicos: Héroe y Leandro; La manzana de la discordia; religiosa: La virtuosa adúltera Santa María Egipcíaca; El arpa de David; Vida y muerte de Lázaro; Uña de Jael; El esclavo del diablo; El profeta San Julián animal; El posadero del cielo; histórico: La desdichada Raquel; Fuerza contra su sangre; La rueda de la fortuna; El ejemplo de la miseria; Lo que puede oír misa; Ruy López de Avalos; Conde Alarcos; Fortuna adversa de Don Álvaro de Luna; La segunda de Don Álvaro; Fiesta de costumbres locales: El Fénix de Salamanca; No hay tal desgracia a muerte; No hay bromas con las mujeres; El tercero de sí mismo; ¿Qué puede ser una sospecha?; El palacio confuso. Autor de sacramentales de complejidad alegórica que prefiguran los autos de Calderón, inició con ellos el tema histórico: El Sol a medianoche, Sobre la esclavitud de la naturaleza humana al pecado, Mientras que el orgullo más humano de Nabucodonosor el Rey como símbolo de arrogancia ante Dios. Mira anduvo estresado toda su vida, y en su carrera literaria, por sus versos fluidos y variados, pero no conseguía el color y la ornamentación que le daba Lope de Vega a sus obras.

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