miércoles, 2 de febrero de 2022

Gregorio González

Nacido en 1570, en la población riojana de Rincón de Soto. Fue el autor del Guitón Onofre, un libro de carácter picaresco que permaneció inédito hasta 1973. Sabemos, por sus propias declaraciones frente a su obra, que estudió en la escuela trilingüe de Alcalá y Salamanca y que, en 1604, año en el que está fechado el prólogo de su única obra, dedicada a Carlos de Arellano, fue Gobernador del Estado de Alcanadre, lo que no es sino una forma de decir que administró la propiedad de Juan Ramírez de Arellano, de quien la familia parece estar estrechamente ligada a la autor, y en cuyos estados de origen ha escrito la obra.

Escritor del Siglo de Oro

Todo esto ha hecho pensar a algunas de las críticas si no será la obra que nos ocupa una obra en clave en la que un escritor aficionado escribe algo cuyo significado último solo está al alcance del círculo humano que lo rodea. La obra, conservada en un solo manuscrito, experimenta la vida por cierto, descubierta en 1927 en París por Paul Langeard, narra las vicisitudes del «caballero» Onofre (nótese la ironía del nombre), hijo de labradores pobres, a cuya muerte a través de tutores y maestros varios para terminar de entrar en la orden de predicadores, después de haber estado a punto de ir a la cárcel a causa de una estafa.

Aspectos destacados de la obra de González, junto con temática adosada a tres de los autores del género picaresco y alguna influencia superficial de La Celestina, evitando la mancha del nacimiento en su pícaro (hijo, como ya hemos señalado, padres homenajeados) y la frecuente ironía con la que se tratan cuestiones religiosas, desde el sacristán enamorado de Sigüenza hasta el solicitante final, lo que hace que el Onofre fraile escape de la justicia, pasando por las constantes burlas que se hacen de la aún joven Compañía de Jesús.

Respecto de la influencia ejercida por El Buscón de Quevedo sobre El Guitón de Onofre, encontró críticos divididos, ya que suponía que González tomaba «elementos quevedescos», que parece lo más fácil, está adelantando un primer borrador del libro de Quevedo hasta 1604 que está fechado El guitón de Onofre, si bien se supone que Quevedo podría haber conocido la obra de González es materia que golpea el absoluto desconocimiento actual sobre la difusión manuscrita de la obra de González, que Vargas Tamayo da muy pocas noticias Nicolás Antonio se limita a repetir. La primera opción ha sido defendida por Francisco Rico y Joseph H. Silverman y la segunda por Domingo Ynduráin

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