jueves, 3 de febrero de 2022

Francisco de Figueroa

Nacido y fallecido en la ilustre ciudad universitaria de Alcalá de Henares. Fue un poeta, que viajó por Italia y logró asimilar el lenguaje y el espíritu de la poesía italiana. Soldado y cortesano, realizó algunas misiones diplomáticas. Poco antes de su muerte, condenó su obra poética a las llamas, gran parte de la cual fue recopilada por Luis Tribaldos de Toledo, quien la publicó en Lisboa (1625). Su poesía, centrada principalmente en la pasión amorosa, se nutre de Petrarca y Garcilaso. Es autor de canciones, elegías, glosas y sonetos, en los que alcanza su más intensa calidad lírica.

Autor del Siglo de Oro
Francisco de Figueroa vivió durante algún tiempo en Roma, Bolonia, Siena y, probablemente, Nápoles, donde asimiló la lengua y la cultura italianas.

Tras intervenir en diversas misiones diplomáticas y militares en Italia al servicio de Carlos V y Felipe II, regresó a su ciudad natal para casarse con María de Vargas (1575). En 1579 viajó a Flandes con Carlos de Aragón, primer Duque de Terranova; Luego regresó a España y se retiró a su ciudad natal para estudiar.

Figueroa mantuvo una relación con otros escritores contemporáneos, como Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, Pedro Laínez y Francisco de la Torre. Tradicionalmente se ha incluido en la escuela salmantina o castellana, aunque tiene más concomitancias con el estilo de Garcilaso de la Vega (que recrea desde su petrarquismo) que con la poética de Fray Luis de León.

Antes de morir ordenó la quema de su producción poética, aunque gracias a Antonio de Toledo, Señor de Pozuelo, parte de ella (unos setenta poemas compuestos en su mayoría antes de 1573) pudo salvarse y fue publicada en Lisboa (1625) por Luis Tribaldos de Toledo, quien añadió a los Poemas un esbozo biográfico del autor. Posteriormente, otros investigadores han descubierto y publicado nuevos poemas de Francisco de Figueroa; Es el caso de R. Foulché-Delbosc (que los publicó en Revue Hispanique, 1911), Ramón Menéndez Pidal (en Boletín de la Real Academia Española, 1915) y Ángel Lacalle Fernández (en Revista Crítica Hispanoamericana, 1915).

En sus composiciones influyeron Horacio (Cuitada navecilla, 1579), Petrarca y Garcilaso de la Vega (Entre flores de oro y Thirsi, pastor del río más famoso), autores con los que Figueroa estaba muy familiarizado desde su etapa italiana. Su producción destaca los sonetos, en los que logra una mayor perfección formal y un contenido lírico más intenso, y las liras pastoriles (como Los amores de Damón y Galatea), llenas de versos fluidos e imaginativos. Se le atribuye el Epitafio de Diego de Espinosa, presidente del Real Consejo y Obispo de Sigüenza (Guadalajara).

Prueba de su conciencia humanística y de su preocupación por los problemas lingüísticos es la Carta de Chartres (Francia) al erudito Ambrosio de Morales, titulada Sobre hablar y pronunciar la lengua española (1560, reeditada en Memorias de la Real Academia Española, 1943). Miguel de Cervantes mostró su admiración por Francisco de Figueroa en La Galatea (1585) y reveló su seudónimo (Thirsi) y el de su amada (Fili), una dama que supuestamente conoció en Italia y cuyo amor decepcionó, Francisco de Figueroa evocó con nostalgia.

Sus contemporáneos le dieron el apodo de «El Divino», muy común en la época.

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